Hace cuatro años llovía. Hace cuatro años pensé que se acababa el mundo, que todo se pararía, que no había nada más….
Hace cuatro años perdí a la mujer más importante de mi vida, a la persona que más me quiso y que más me querrá.
Perder a una madre parece el fin del mundo, pero no lo es. El mundo, inexplicablemente, no se para. Todo sigue girando, todo sigue adelante, la vida sigue…
Y nos envuelve. Y seguimos adelante, a pesar del dolor. Y de la oscuridad volvemos a la luz, y de la muerte volvemos a la vida, y del llanto volvemos a la alegría. Y la vida sigue.
Y aunque nada vuelve a ser lo mismo, seguimos yendo a trabajar, saliendo a cenar, amando, odiando… Y la vida sigue.
Y hoy, cuatro años más tarde, volvemos a aquel momento en que nuestro corazón se paró.
Pero la vida sigue, y tenemos que dejar que lo haga.
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