martes, 30 de agosto de 2011

Redes sociales

Tengo perfil en algunas de las redes sociales que últimamente nos quitan tanto tiempo de conversaciones cara a cara o telefónicas. No, no reniego de las redes sociales, porque nos sirven para estar en contacto con gente que de otra forma desaparecería de nuestras vidas sin remedio. Las redes sociales me han valido para encontrar a compañeras del cole, amigas y amigos de la infancia, para estar en contacto con gente de otros lugares a los que conocí en algún viaje, amigos de vacaciones, amigos y amigas que viven lejos, algún que otro familiar....
Pero la desventaja es que, aunque todos al principio filtramos mucho los amigos que agregamos, la verdad es que luego abrimos mucho la mano y dejamos entrar en nuestro perfil casi a cualquiera... 
Yo, y supongo que muchos otros, al principio no ponía ni foto, no fuera a ser que me reconociera alguien. Ahora ya dejo parte de mi vida ahí almacenada, cuento más de lo que debería, y no me corto un pelo a la hora de decir lo que opino. Y luego vienen los rollos, que si no sé quién se enfada porque has puesto algo en tu estado que no le gusta, o que si un comentario de alguien a quien no has visto en tu vida te parece fatal...
Bueno, a raíz de mis cambios de este verano también he decidido hacer limpieza de mi lista de amigos en las redes sociales... Y bonita decisión. ¿Quién me mandaría a mí? Pues he empezado muy bien, por aquellos con los que no tengo nada en común, nada de nada, aquellos que agregas porque son de tu ciudad, porque son locales de copas en los que alguna vez te has tomado algo, agencias de viajes que te llenan el muro de ofertas, tiendas de todo tipo que te llenan el muro de fotos de sus productos, periodistas que te cuelgan el link de su blog... O sea, gente a la que no conoces de nada.
El segundo paso es aquella gente a la que sí conoces, pero que no entiendes porqué agregaste alguna vez: alguien que te sonaba de cuando ibas al cole pero no iba en tu clase, un amigo de una amigo con el que una noche tomaste unas copas... 
El tercer paso es aquella gente que sí fueron amigos en alguna ocasión pero no hay mucho en común ahora... Aquí van los amigos de la infancia o de las vacaciones a los que llevas tiempo sin ver o que han desaparecido de tu vida...
Y aún así, hay más gente, y no sabes por dónde eliminar. ¿Qué criterio sigo? ¿Gente con la que no he cenado en el último año? ¿Gente de la que no tengo el número de móvil? ¿Gente con la que no me tomaría un café?
Bufff, no sé, quiero hacer limpieza con criterio y a lo mejor lo que tengo que hacer es eliminar a la mayoría y dejar sólo a mis amigos, y quedarme con diez amigos en la red social y poder escribir lo que quiera en mi muro sin que a nadie le parezca mal, y utilizarlo para quedar: "¿Qué os parece un café a las siete?"

jueves, 25 de agosto de 2011

Extraño Verano

Hoy el cielo vuelve a estar gris. Este verano así ha estado la mayor parte de los días, y eso no está bien.
Me gustan los veranos cálidos, con sol, luz, calor, de terrazas, de noches de tirantes. Pero este verano no es así. Al fin y al cabo no me puedo quejar, que mi mes en la playa no ha estado mal, pero me gustaría que todos los días fueran amarillos de sol. Y este año, la mayor parte de los días ha sido gris.
En fin, ¿qué podemos hacer? Pues nada...
Claro que en este mundo occidental, este tema puede ser estirado hasta el infinito, podemos estar horas hablando de meteorología, ya sé, ya sé, es un ice-breaker... Pero...
A mí me gustaría encontrarme en el ascensor con una persona y que no me hablase de frío ni de calor. Me gustaría esperar una cola sin comentarios sobre la lluvia, o la nieve. Y ni qué decir tiene que en el nuevo local de moda (la entrada de cualquier bar) para los fumadores, las conversaciones giran en torno a la ley anti-tabaco y el frío que pasamos los fumadores por culpa del gobierno. No sé, no me gusta que me hablen del tiempo, claro que si no es esa hay pocas opciones para entrarle a alguien que no conoces, y eso sí que se está poniendo difícil...
Cada vez se está volviendo más complicado conocer a gente. No sé si es que en esa pequeña ciudad de provincias ya nos conocemos todos (cosa muy probable) o que cuando salimos nos limitamos a nuestro grupo y no vemos nada más allá... Pero cuando comento esto por ahí la gente está deseando conocer otras caras. No sé, no sé... Creo que estamos todos esperando a que llegue el forastero, el primer forastero que se aproxime a la ciudad, para conocerlo y hablarle del absurdo verano que estamos teniendo, lleno de días grises...

lunes, 15 de agosto de 2011

VACACIONES

Las vacaciones son un estado mental. Son esos días en los que uno sólo debería hacer lo que le apetece. Es esa época en la que deberíamos quedar con la gente que queremos, cuando queremos y donde queremos.
Es un descanso de la rutina, un oasis de hedonismo, la ruptura con lo que no nos gusta de nuestra vida, el ocio, el aire libre.
Es acostarse pronto cuando apetece, y de madrugada cuando lo pasamos bien. Sin ataduras, sin relaciones tóxicas, sin que nadie ni nada te imponga un lugar, una hora o una compañía.
Es la libertad de levantarte cuando quieres, de salir si te viene en gana, de ver el mar, de visitar la montaña, de respirar...
Es lo que debería ser todo el año, pero no podemos o no queremos tener...
Me encanta mi yo de vacaciones. Me encanta pararme, pensar en mi vida y tomar decisiones importantes. Apartar lo que no quiero en mi mundo y tomar lo que sí quiero.
Me encantan las decisiones que tomo cuando estoy de vacaciones. Me gusta mucho hacer una limpieza de mi vida y mis relaciones. Y volver a empezar.
Me gusto cuando estoy de vacaciones, porque no me afectan tanto las cosas, porque estoy relajada y feliz.
Tengo que intentar que este estado mental dure todo el año. O por lo menos unos meses. Y que la gente tóxica no vuelva a entrar nunca en mi vida, porque me arrastran a hacer cosas que no quiero, porque me hacen ser alguien que no me gusta ser.
Este verano he hecho una limpieza importante. Y me siento ligera. Y soy feliz. Y, al final, eso es lo único que importa, ¿no?

lunes, 8 de agosto de 2011

Friends

Los amigos son una de las cosas más importantes que tenemos en esta vida. ¿Qué sería una vida sin amigos? Yo no podría vivir sin ellos ¿A quién le contaría mis penas amorosas, con quién comentaría mis alegrías y mis tristezas, la última película que he visto, el último libro que he leído, mi último concierto? ¿Con quién me tomaría ese café de la tarde, con quién esa copa de últimas horas de la noche, casi al amanecer? ¿Quién me prestaría su hombro para llorar cuando el último amor se ha marchado, rompiéndome el corazón, para no volver jamás? ¿Quién me diría que, en realidad, he tenido suerte, que ese hombre no me convenía? ¿Quién me convencería de que, a pesar de que él se ha ido, no he perdido mi último tren?
Los amigos son una de las cosas más importantes de mi vida. Porque en ellos me apoyo para seguir adelante, porque los he elegido y me siento orgullosa de ellos, y pretendo que estén ahí para mí como yo lo estoy para ellos. Y sé que de verdad lo están.
Los amigos son una de las cosas más importantes de mi vida. Porque hay cosas que sólo puede escuchar un amigo, porque hay consejos que sólo un amigo te puede dar. Porque hay alegrías que sólo puedes compartir con un amigo, porque hay tristezas que sólo un amigo puede entender...
Por eso estoy tan triste cuando pierdo a un amigo. Porque los amigos son una de las cosas más importantes de mi vida. Y cuando pierdes a un amigo, pierdes un trozo de tí mismo, pierdes una parte de tu vida que has compartido con él, te pierdes un montón de buenos momentos que aún faltaban por vivir juntos... Y a veces me culpo a mí misma, porque yo lo he elegido, y pensé que ese amigo merecía la pena y me he vuelto a equivocar. Aunque en realidad no es así. No ha sido un amigo y no se merece mi amistad. Me da lástima, porque no ha sabido estar a la altura.
Y me quedan otros amigos, los que realmente merecen la pena. Y ellos sí son una parte de mi vida.